jueves, 4 de marzo de 2010

Sueños Huérfanos de Salamandras Fénix

Poemas de Ángel Márquez Jaime

Epitafio para una Salamandra

Gracias a Bruno y Raúl

Por tener la confianza

Que yo nunca tuve

Y pensar que todo fue un sueño…

Que esos zapatos se quedaron sin dueño

Que correría al infinito y que al infinito nunca llegaré

Aunque después de todo es normal

Es normal que pasara con tres más equis anfibios

Con dos yo y signos de interrogación en cada extremo

Un cómico y un trágico e infinitos otros

Como palabras encriptadas y túneles separados nunca perpendiculares

O como péndulos sin gravedad y sin compás cronológico

Era normal que pasara

Que todo flotara a la inmortalidad eternamente consecuente

En regalados atardeceres ingenuos enmascaradores

Parques soñados pero sueños al fin y al cabo

¿Cuándo un sueño es mentira? Sueño realidad nunca es

Sueño por lo tanto falso nace ¿Termina cuándo se acaba el café?

Era normal que muriera al nacer la realidad ¿Y quién murió? Nunca asistí a ningún velorio

¡Pero por supuesto!

Murió en mí el reptil imperecedero pero imaginar una salamandra fénix…

Sería mitológicamente paradójico aunque sí fue un ocaso místico

Fue una maravillosa mascarada y una velada fantástica

Llena de fantasmagóricas libertades de ser

Fantasmagorías

Fantasías ¡Era normal!

Y es tan normal que ahora esté condenado a vivir sin contracciones devastadoras

De sentimientos extensos en noches de angustiosas ansiedades

Normal sería que olvidara sus frenéticos espasmos respiratorios

En suaves segundos de piel recorrida a velocidades suicidas por enardecidas carreteras

Y que ante el templo de los fantasmas huérfanos cometiera el sacrilegio de extrañarla

Para entonces sí sufrir la temible condena y la furia de quienes me encomiendan

Ganando un día alucinado de carnaval y arrastrar con todo un año cruento

Para que hasta la luna sea nueva durante trece meses sin parar

Y entonces sí dejar de sentirme acompañado en soledad y recordar cuando reiría conmigo

Por una catástrofe de inhumanas matanzas cinematográficas

Y en lugar de eso comer tres platos de orgullo

Sin agradecimientos ni reciprocidades como condimentos

Sin poder saborear esas divertidas pastas montaña rusa que tienen por salsa

La exquisita cualidad de sube y baja

Pero no nos engañemos

La situación es más fácil aún

Hay que tener razonamiento de témpano de polo sur

Y entonces causalificar estas letras huérfanas que me atacan y se juntan en palabras

Palabras que se indignan si no las saco a pasear

Y cómo no atacarme por todos los flancos del frente del fuerte

Cuando entregué mi tierra y mi tumba y mi trascendencia

Entregué hasta mi cráneo y mi esqueleto

Inocente víctima circunstancial que pobremente como linyera

Se duerme en el frío colchón del motel que le recuerda que

¿Afortunadamente?

No será la primera ni la última

Fortuna desgraciada que ojalá tuviera horario de consultorio

De nueve a tres o de tres a ocho como más nos convenga

Y pensar que cuando estoy a punto de tomar una decisión absoluta

Como tomar un helado de fresa o un café en Mérida a las dos de la tarde

Esa Fortuna me embista

Y llegue la mirada matadora al ruedo y ¡Olé! que el cinturón me suba hasta la garganta

Y desde luego estar dispuesto a conocer y al conocer querer y amarla por conocerla

Y querer no sólo por el verbo obvio sino querer y querer recuperar

Lo que por derecho me pertenece en ella

Algo que es muy mío y que la engrandece la enaltece

¡A su excelentísima!

Algo que es suyo y que me empobrece para sólo vivir de sobras en las sombras de su caridad

Esa esencia húmica en la mirada carnada que me deja boqueando fuera del agua

Esa mirada que no es pero que está porque la siento

En la espina desbocándome la lengua y los labios desde lo más profundo de mi prisión carnal

Es natural

Es natural que de una cara se formen mil rostros y piense que pueda abarcarlos a todos

Es normal que me sienta toro medieval esperando la estocada final

Porque después de soñar en círculos la misma corrida cíclica

Será normal que me sienta Hansel o Gretel

Recogiendo los sueños como migajas de pan buscando el camino a casa

Mi casa de caramelo donde la bruja me espera

Pero que no sabe que esta vez

Yo estoy despierto


Punto Destino

Que el punto caiga

Que se entierre

Que se expanda

Por la tierra con raíces

Por el agua con manantiales

Llegar al cielo

Que lo abarque todo

Con palabras voladas

Con frases clandestinas

Con párrafos coloquiales

Que lo cubra todo

Que me ataque en sueños

Me tomó desprevenido

Me tomó por completo

Me enseñó que ese punto es destino

Ese punto es final

Todo va y todo se menciona

Pero todo cae

En el punto final.

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