lunes, 31 de mayo de 2010

La Televisión

del libro ENSAYOS Y POEMAS DEL MÉXICO DECADENTE.

Por Fernando Díaz Ziehl

Alta definición y sonido envolvente,
por cable, infrarrojo o satelital,
cine, teatro o comedia,
farsa, circo o telenovela,
ya nada escapa a sus fauces
a México entero se lo tragó.

De ser instrumento de insana diversión,
al poder absoluto ascendió
y es ahora: asamblea, supremacorte y elección
juzga sin ser tribunal y sube o tira gobiernos
con calumnia o con remiendos
hace su voluntad.

Los ineptos políticos ya le hicieron el juego
y el trabajito;
y ahora se pelean la entrevista
por Adela o por la micha, o
por lo menos la desdicha
de una cápsula oficial.

Y el vidente y el oyente
asimilan todo sin selección,
lo mismo la analfabeta telenovela
que chismes, trucos y engaños
bajeza, fútbol y degradación
prostitución, perversión y fanatismo;
coloniaje, invasión y transcultura;
que van dejando secuela y
daño a toda una nación.

Se bombardea al televidente
con los anuncios mas extravagantes
haciéndole pensar y creer que la ingestión
de un producto, le dará belleza, paz e intelecto
que de prieto a güero pasara por la magia
de pastilla, loción o ungüento.

Que beber un licor es un portento
de alcurnia y vida digna
y el condón ultrasuave el instrumento
del placer y el gallardo comportamiento.

Y si de política se trata,
el buen gallo será aquel
que se rinda ante el cuarto poder
que sonría a la cuatro(camara 4),
que lo maquillen
para el retrato y
que sepa ser alburero y soez.

Es tal el poder estupidizante
de la infame televisión
que es instrumento de represión velada
cuando para completar la jornada
del día o de la vida
se le administra sin medida
al niño que llora o al anciano
que declina.

Se le usa de compañía,
en la casa, oficina, hospital o negocio
y es una sana costumbre
mantenerla encendida
día , tarde y noche.

La familia se reúne
en torno al aparato
y ya no existe convivencia
solo una mansa audiencia
viendo, asimilando, obedeciendo,
soñando, copiando, comprando.

Los astutos empresarios televisivos
ya son Dones y Mercenarios
pueden exaltar o hundir personajes
y cobrar la factura al pueblo
que con gusto y sin repelo
habrán de sufrir el desvelo
de una magra transmisión.

Y están ideando la forma
de que la educación publica
sea elevada a rango
de microonda viciada
vendida y controlada
por Chapultepec y el Ajusco
y así completar el circulo
de cárcel, audiencia y dominio
de un pobre o miserable niño
que tuvo por mala suerte
y destino
nacer en suelo mexicano.

Y así sigue el ciudadano, de manera automática
encendiendo con el día la caja bruta
para conocer hasta la ruta
de ir a la escuela o trabajo
e ir contando las horas
de regresar al hogar
y así poder disfrutar
de la inmunda programación
que sin saber lo convierte
en ruin, ignorante e idiota.

Y si las fechas le infunden melancolía
grita con inconciencia palabras duras
como Independencia, Revolución, Educación,
Justicia o Bicentenario; y aun no concibe
que en el minúsculo control infrarrojo
está la solución:
solo basta pulsar la tecla roja;
la que dice: YA BASTA DE VER TELEVISIÓN.

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